Lo mismo - El producto y servicio otorgado debe ser homogéneo. Para que no haya una inclinación hacía donde ir a adquirir el producto. Esto abarca a la manera en que se promocionan. No debe de haber una persuasión que incentive la compra de los productos en un lugar en específico.
Sin barreras - Las barreras en una competencia perfecta deben hacerse a un lado o al menos ser igualitarias y justas. Permitirá que cualquiera pueda entrar a competir en el mercado y salirse de él sin tener algún efecto sobre ello.
Transparencia e información - Los consumidores deben tener una información detallada sobre todos los procesos que integran un producto final para que así se puedan tomar las mejores decisiones para cada quien.
Perfecto - La competencia perfecta puede ser algo irreal para muchos de los mercados debido a los demás factores que influyen en el proceso de compra de los clientes. Con ayuda del marketing las empresas pueden tener ventajas sobre sus competidores al persuadir al cliente que sus productos son los mejores. Así dejan fuera de la jugada a muchas empresas que no son muy bien conocidas. Quitándoles esa oportunidad que tenían de ser comparados justamente con los demás por un lugar en las bolsas de compras. No estar presentes en la mente de los consumidores puede ser un paso al fracaso.
Como sabemos que estas prácticas no dejarán de existir, menos en un mundo tan consumidor y competido como el de ahora. La competencia perfecta pueda que no sea una opción pero justa sí. Por suerte si hay algún tipo de injusticia en los mercados podemos acudir a organismos que ayuden a balancear la situación y tomar acción legal como con el Bufete Molina que dará a nuestra disposición profesionales que nos podrás ayudar.
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